miércoles, 18 de noviembre de 2009

Literatura Renacentista.-


Literatura renacentista
El Renacimiento supone un cambio radical respecto a la Edad Media. A las notables transformaciones histórico-sociales (aparición de los estados modernos, afirmación de la burguesía, invención de la imprenta, descubrimientos geográficos, etcétera) se suma una nueva visión del mundo. El resultado será una extraordinaria eclosión artística y literaria que, ya activa en Italia en el siglo XV, se extenderá por toda Europa durante el siglo XVI.

Humanismo y antropocentrismo
El humanismo fue inicialmente un esfuerzo erudito que surgió en Italia para recuperar el conocimiento exacto de la cultura clásica grecolatina, muy deformada en la Edad Media. Inmediatamente se transformó en un amplio movimiento que aspiraba al renacimiento del arte y de la manera de pensar y de vivir de los admirados antiguos.

La principal consecuencia de ello fue una revalorización del mundo y del ser humano. En la Edad Media se pensaba que Dios era el centro del universo (teocentrismo) y que la existencia terrena era un mero trámite para llegar a la vida eterna. Ahora el hombre quedará colocado en el centro del mundo (antropocentrismo) y la vida se considerará digna de ser vivida a fondo.
Los humanistas italianos del XV, como C. Salutati o P. Bracciolini, siguiendo el ejemplo de los grandes autores del siglo XIV, Dante, Petrarca y Boccaccio (ver t52), se esforzaron por descubrir manuscritos latinos antiguos e imitar su forma y contenidos. En el siglo XVI, tras la masiva llegada de sabios griegos que huían de la recién conquistada Constantinopla, se conseguirá reconstruir la cultura grecolatina en su totalidad. El humanista más destacado es Lorenzo Valla.

Italia, la plenitud del Renacimiento
En las ciudades-estado italianas el espíritu renacentista renueva las formas literarias ya desde el siglo XV. Por un lado, existe una importante literatura en latín: así los filósofos Marsilio Ficino (1433-1499) o Pico della Mirandola (1463-1494) divulgan las ideas platónicas. Por otra, los géneros y motivos clásicos se van adaptando al italiano:

* Lírica: junto a los imitadores de Petrarca, la poesía de Angelo Poliziano (1454- 1494) plasma un mundo pagano, idealizado y mitológico.También destaca la figura de Lorenzo de Médicis (1449-1492), notable poeta, además de gobernante de Florencia en su máximo momento de esplendor.
* Épica: se recupera la epopeya culta con Orlando enamorado de Matteo Boiardo (1441-1494) y Orlando furioso, de Ludovico Ariosto (1474-1533), donde la temática carolingia se recrea con enorme fantasía. Un tono más heroico y cristiano caracteriza la Jerusalén conquistada de Torquato Tasso (1544-95), centrada en la primera Cruzada.
* Novela: Iacopo Sannazzaro (1456-1530) inaugura con su Arcadia la novela pastoril, que, al fundir conflictos amorosos y ambiente bucólico, se convertirá en un subgénero de enorme éxito (ver t12).
* Prosa doctrinal: Nicolás Maquiavelo (1469-1527) escribe el primer tratado político moderno, El príncipe.

Otras literaturas renacentistas

El resto del continente no se mostró insensible a las novedades provenientes de Italia. Aunque ya en el siglo XV pueden apreciarse rasgos anticipatorios, sólo en el XVI cabe hablar de un Renacimiento europeo, especialmente brillante en los países románicos.

En Francia destacan tres grandes figuras:
* François Rabelais (1494-1553), médico y gran intelectual experto en griego, es el autor de Gargantúa y Pantagruel, novela cómica y miscelánea en la que, al hilo de las fabulosas andanzas de los dos gigantes protagonistas, se satiriza la sociedad de la época con desbordada creatividad lingüística y narrativa.
* Pierre de Ronsard (1524-1585), prolífico poeta de inspiración petrarquista, reflejó en sus Sonetos para Helena un amor tardío. Otros poetas destacados son Joachim du Bellay (1522-1560) y Theodore d’Aubigné (1552-1630), autor de Las trágicas, epopeya sobre la guerra religiosa.
* Michel de Montaigne (1533-1592) creó un nuevo género con sus Ensayos, reflexiones desde una óptica personal sobre todo tipo de temas.
* En Portugal también hallamos poetas petrarquistas, como Francisco Sá de Miranda (1481-1558) y, sobre todo, al mayor poeta portugués, Luis de Camoens (1524-1580), autor de Os Lusiadas, epopeya culta y patriótica de casi nueve mil versos sobre las expediciones de Vasco de Gama.
* El Renacimiento alemán se tiñe de tono religioso, pues el gran reformador Martin Lutero (1483-1546),muy poco humanista en realidad, crea el alemán literario y culto para poder difundir sus ideas.
* En Inglaterra, la poesía italianizante es introducida por Thomas Wyatt (1503-42) y H. Howard, conde de Surrey (1517-47), con quien se asentó el endecasílabo blanco (sin rima) tan típico en la poesía inglesa. Los poetas más destacados son Philiph Sidney (1554-1586) y Edmund Spenser (1552-1599). El influjo clásico alienta un cierto desarrollo del teatro que anticipa la gran eclosión de época isabelina.


El cortesano

El prototipo del perfecto hombre renacentista fue descrito por el italiano Baltasar de Castiglione en su obra El cortesano (1528). Siguiendo el afán de armonía de la época, debe ser tan experto en las armas como en las letras, saber conversar y tratar con sus semejantes, especialmente con las damas, y tañir algún instrumento musical.


El teatro renacentista
Aparte de un teatro culto y universitario, a imitación de Terencio (ver t48), lo más destacado del teatro renacentista italiano es la Comedia del arte, pequeñas piezas de amor e intriga protagonizadas por personajes fijos identificables con una máscara (Arlequín, Polichinela, Colombina). Fueron representadas en toda Europa por compañías ambulantes de actores, dando un gran impulso al desarrollo del teatro profano y profesional.


Humanistas europeosEl humanista de mayor influencia en su época (ver t9) fue el holandés Erasmo de Rotterdam (1466-1536), autor del Elogio de la locura (1509). Su amigo, el inglés Tomás Moro (1478-1535), decapitado por Enrique VII al negarse a aceptar su reforma eclesial, escribió la famosa Utopía (1516), descripción de una sociedad ideal. El español Juan Luis Vives (1493-1540) gozó también de gran prestigio.


El gran arte renacentista
Aun con su importancia, la literatura del Renacimiento palidece comparada con las bellas artes. Arquitectos como Alberti o Brunelleschi, escultores como Donatello, pintores como Boticelli o Rafael, y artistas completos como Leonardo da Vinci (pintor e ingeniero) o Miguel Ángel (pintor, escultor, arquitecto y hasta poeta) escribieron una de las páginas más brillantes de la historia del arte en los siglos XV y XVI.

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