miércoles, 18 de noviembre de 2009

Literatura Grecolatina.-


Literatura grecolatina tardía. Nacimiento de la novela
El cultivo de las letras grecolatinas no se limita al periodo clásico. La literatura griega siguió viva en época romana y el latín fue la lengua culta durante la Edad Media. Así se transmitió el rico caudal cultural de la Antigüedad, que además fue capaz de crear, ya en época tardía, un nuevo género, la novela.

La literatura griega posclásica

Con la unificación de Grecia bajo el poder macedonio, a finales del siglo IV a. C, acaba el periodo clásico de la cultura griega y empieza el periodo helenístico o alejandrino, en honor a Alejandro Magno.

En la poesía lírica helenística, culta y erudita, destacan:

* Calímaco (310-240 a. C.), original revisor de los mitos.
* Teócrito (310-260 a. C.), cuyas breves y refinadas escenas dialogadas entre pastores crean el subgénero de la poesía bucólica.

La poesía épica está representada por Las argonáuticas de Apolonio de Rodas (295- 215 a. C.), que narra las aventuras de un grupo de héroes, capitaneados por Jasón, en busca de la piel de un carnero de oro, el vellocino, que obtendrán gracias a la maga Medea.

Bajo dominación romana destacan dos grandes prosistas griegos:

* Plutarco (50-120), autor de una obra muy leída en todos los tiempos, las Vidas paralelas, biografías emparejadas de personajes griegos y latinos.
* Luciano (125-192), dotado de un agudo espíritu crítico e influido por la filosofía cínica, describe los vicios y vanidades humanas. De su amplia obra, destacan los Diálogos.

La aparición de la novela

La novela surge como género narrativo derivado de la épica, pero con notables diferencias respecto a ésta:

* Se dirige a un público urbano, no aristocrático.
* Se escribe en prosa, al destinarse a la lectura y no a la recitación.
* La trama se complica con historias secundarias y descripciones.
* El destino de los personajes no se basa en la voluntad de los dioses, sino en el azar, a veces casi inverosímil.

Las primeras novelas aparecen en Grecia durante el siglo I a. C. en forma de un subgénero, más tarde denominado novela bizantina, que se centra siempre en el amor de dos bellísimos jóvenes, enamorados y castos. Por diversas razones, deben emprender un viaje repleto de peripecias (naufragios, raptos, etc.) que les obliga a separarse. Tras numerosas aventuras y conocer a otros múltiples personajes, se produce el reencuentro y el final feliz.

La novela más famosa de todas es Las etiópicas de Heliodoro (siglos III o IV), modelo del género por su verosimilitud y planteamiento narrativo, pues comienza en medio de la acción (in medias res) para ir revelando poco a poco todo lo sucedido.
La novela latina presenta, en cambio, un carácter misceláneo, que da cabida a lo picaresco, lo fantástico, lo obsceno, la parodia, etcétera:

* El Satiricón, de Petronio (siglo I), que se conserva incompleta, relata el vagar de tres amigos por el sur de Italia, sobreviviendo a base de engaños y artimañas.
* El asno de oro, de Apuleyo (siglo II) narra cómo el joven Lucio, víctima de un hechizo fallido que le transforma en asno inteligente, pasa por varios amos y diversas aventuras, antes de recobrar su forma humana. En la trama hay numerosos relatos intercalados.

Otras novelas en griego y en latín se basaron en hechos y personajes reales o supuestamente históricos (la guerra de Troya, Alejandro Magno, el rey Apolonio). De gran popularidad, darán origen a varias obras romances medievales.

La literatura latina en la Edad Media

En la Edad Media hubo una abundante producción literaria de todos los géneros en latín, la lengua de culta la época.

En prosa destacan obras de filósofos, como las autobiográficas Confesiones de San Agustín (s. V) o las cartas de Pedro Abelardo y Heloísa (s. XII); libros historiográficos, como la Historia de los francos (s.VI) de Gregorio de Tours o la Historia de los reyes de Britania (1136) de G. de Monmouth; o recopilaciones de vidas de santos, como la famosa Leyenda dorada (s. XIII).

Se cultiva también un teatro de carácter culto, a imitación de Terencio, concebido para la lectura más que para la escenificación. La monja Rosvita (s. X) escribe comedias sobre santos y mártires mientras que en el siglo XII nace en círculos escolares la «comedia elegíaca», de temas cómicos y picantes. Una de estas piezas, el famoso Pánfilo, influye en el Arcipreste de Hita (ver t5) y en La Celestina (ver t8).
También la poesía latina medieval dejará su huella en la literatura romance. Un precedente de los cantares de gesta es el poema épico Walter de las manos fuertes (s. IX). De especial importancia es la poesía goliárdica, como los Carmina Burana, poemas líricos profanos escritos por clérigos o estudiantes vagabundos, que cantaban al amor y al vino o satirizaban a la propia Iglesia.

La literatura bizantina


Aunque durante la Edad Media la lengua griega fue desconocida en Occidente, sobrevivió en el Imperio romano oriental hasta el año 1435, cuando la capital, Constantinopla o Bizancio, fue conquistada por los turcos. En la cultura bizantina se cultivaron la poesía lírica, la épica (como el cantar caballeresco Digenis Akritas), la historiografía y, naturalmente, la novela de aventuras.


De la épica a la novela


La evolución de la épica desde Homero se refleja bien en Las argonáuticas de Apolonio. Obra concebida para ser leída por un público burgués, tiene un tono claramente prenovelesco. Lo heroico cede importancia ante las aventuras y el amor, pues la única virtud de su apático protagonista Jasón son sus dotes de conquistador y la contribución femenina al éxito final resulta decisiva.


Desprecio por la novela en la Antigüedad

La novela es desde sus orígenes una narración en prosa de hechos y personajes ficticios. Por surgir tardíamente, no fue tratada en la influyente Poética de Aristóteles (ver t1). Por eso, pese a la importancia que llegaría a adquirir con el tiempo, en la Antigüedad fue considerado como un género menor, sin valor especial.


Otras novelas griegas


Quéreas y Calíorre, de Caritón (siglo I), es el más antiguo ejemplo de novela que se conserva completa; Leucipa y Clitofonte, de Aquiles Tacio (siglo II), presenta la novedad de ser relatada en primera persona por su protagonista; Dafnis y Cloe, de Longo (siglos II ó III), de trama más sencilla y ambiente pastoril, narra el amor de dos adolescentes.

Literatura Medieval.-


La literatura española en la Edad Media.
Durante toda la Edad Media el latín fue la única lengua para la transmisión del conocimiento y de la literatura culta. Por eso, las primeras manifestaciones literarias en lengua romance tienen carácter popular y oral, ya sean de género lírico o épico. La poesía culta y la prosa literaria no aparecerán hasta el final de este periodo.

El contexto socio cultural de la Edad Media

En la Baja Edad Media (siglos XII a XV) la sociedad medieval se fue transformando debido a una serie de factores:

* Un desarrollo económico notable, que permitió alcanzar un nivel de prosperidad general desconocido hasta entonces.
* El crecimiento de las ciudades, que supuso la aparición de la vida urbana.
* El incremento de contacto con países lejanos a través de embajadas e intercambios comerciales, sobre todo a raíz de las cruzadas.

Como consecuencia de todo ello nacieron nuevas costumbres y se difundieron nuevas ideas, que se tradujeron en la vida cotidiana en un mayor refinamiento en los gustos y en una mentalidad más mundana.

La lengua medieval

El español es una lengua romance de las varias que surgieron en la península durante la Edad Media. Desde sus inicios tuvo un fuerte carácter innovador frente a las restantes lenguas peninsulares y después se mantuvo sin cambios importantes hasta el siglo XVI.
Características lingüísticas de los textos medievales

* Variedad de formas: en una misma época, o incluso en un mismo autor o texto puede existir variedad en las formas fonéticas; en el sistema verbal (dezié / dezía / dizía); en la morfología (venie / venía) y en el léxico (poridat / secreto).
* Coexistencia de lenguas diversas: no es raro encontrar rasgos lingüísticos que no pertenecen al castellano en textos inicialmente escritos en esta lengua.

La pronunciación medieval

* Consonantes sordas y sonoras: la diferencia más importante con la lengua actual es que existían consonantes sordas y sonoras, como sucede todavía en el gallego, el catalán, el italiano y el francés.
o La g (ante e, i) y la j se pronunciaban como en inglés (joy).
o La x representaba el sonido sordo, equivalente al sonido de la ch francesa (chevalier).
o La z se pronunciaba [ds], y la c (ante e, i) y la ç como [ts], nunca como [s] o [z].
o También había una s sorda, representada por la grafía ss en posición intervocálica, y una s sonora.
* Otras consonantes: la f pasó pronto a ser una h aspirada, que luego desapareció.

Oralidad y escritura

En la Edad Media muy poca gente sabía leer y escribir. Además, los textos se escribían a mano en hojas de pergamino, en un proceso largo y costoso, por lo que sólo las obras consideradas importantes eran copiadas.

Debido a estas circunstancias, la literatura fue mayoritariamente transmitida y disfrutada de modo oral:

* Los poemas solían ir acompañados de música, lo que favorecía su aprendizaje de memoria.
* Los relatos en prosa eran casi siempre leídos en voz alta, para un grupo de personas que se reunía a escuchar la voz del narrador.

Los géneros de la literatura medieval

* Lírica (ver t3): las manifestaciones literarias más antiguas que conservamos en romance son las jarchas mozárabes. Por eso, se cree que las canciones líricas populares nacen al mismo tiempo que las lenguas romances.
* Épica: la mayor parte de las manifestaciones literarias conservadas pertenecen a este género. Existían dos movimientos que lo desarrollaban:
o El mester de juglaría (ver t4): era oral y popular, y desarrolló la literatura heroica.
o El mester de clerecía (ver t5 y t6): lo escribían los clérigos en los monasterios, con finalidad didáctica.


Los estamentos


La sociedad estaba dividida en tres grupos sociales:

Oratores, es decir, «los que rezan» o los eclesiásticos. Todas las manifestaciones literarias cultas estaban en sus manos.

Bellatores, esto es, «los que luchan». Constituían la nobleza y eran el estamento más poderoso de la sociedad.

Laboratores o trabajadores, es decir, todos aquellos que trabajaban para poder vivir, que eran la inmensa mayoría de la población.


Las tres religiones

Durante ocho siglos se sucedieron los enfrentamientos y las épocas de convivencia entre tres grupos muy diferenciados: los cristianos, los musulmanes y los judíos.

Cada grupo constituía una verdadera casta, con una forma de vida y una cultura propias, pero el contacto permanente hizo inevitable la influencia mutua, tanto en lo relativo a las costumbres como en el ámbito cultural.


La anonimia

El Libro de Alexandre es una de las más importantes manifestaciones del mester de clerecía.

El concepto de autor no existía tal como hoy lo entendemos: autor era el que tenía «autoridad», y la autoridad provenía de la tradición, nunca de la originalidad.

Por esto, el autor se escudaba en la autoridad de la tradición y omitía la propia firma.

Y con frecuencia la transmisión oral de textos y la deficiente conservación de muchos manuscritos han hecho que se pierda involuntariamente el nombre de muchos autores.

La Reconquista

Poco después de la rápida invasión árabe en el año 711, se inició el proceso de Reconquista, que en Castilla duró casi ocho siglos.
Por este motivo, los ideales guerreros dominaron durante siglos, en detrimento del fomento de las actividades mercantiles y artesanales, que fueron menospreciadas hasta el siglo XVIII.

Literatura Renacentista.-


Literatura renacentista
El Renacimiento supone un cambio radical respecto a la Edad Media. A las notables transformaciones histórico-sociales (aparición de los estados modernos, afirmación de la burguesía, invención de la imprenta, descubrimientos geográficos, etcétera) se suma una nueva visión del mundo. El resultado será una extraordinaria eclosión artística y literaria que, ya activa en Italia en el siglo XV, se extenderá por toda Europa durante el siglo XVI.

Humanismo y antropocentrismo
El humanismo fue inicialmente un esfuerzo erudito que surgió en Italia para recuperar el conocimiento exacto de la cultura clásica grecolatina, muy deformada en la Edad Media. Inmediatamente se transformó en un amplio movimiento que aspiraba al renacimiento del arte y de la manera de pensar y de vivir de los admirados antiguos.

La principal consecuencia de ello fue una revalorización del mundo y del ser humano. En la Edad Media se pensaba que Dios era el centro del universo (teocentrismo) y que la existencia terrena era un mero trámite para llegar a la vida eterna. Ahora el hombre quedará colocado en el centro del mundo (antropocentrismo) y la vida se considerará digna de ser vivida a fondo.
Los humanistas italianos del XV, como C. Salutati o P. Bracciolini, siguiendo el ejemplo de los grandes autores del siglo XIV, Dante, Petrarca y Boccaccio (ver t52), se esforzaron por descubrir manuscritos latinos antiguos e imitar su forma y contenidos. En el siglo XVI, tras la masiva llegada de sabios griegos que huían de la recién conquistada Constantinopla, se conseguirá reconstruir la cultura grecolatina en su totalidad. El humanista más destacado es Lorenzo Valla.

Italia, la plenitud del Renacimiento
En las ciudades-estado italianas el espíritu renacentista renueva las formas literarias ya desde el siglo XV. Por un lado, existe una importante literatura en latín: así los filósofos Marsilio Ficino (1433-1499) o Pico della Mirandola (1463-1494) divulgan las ideas platónicas. Por otra, los géneros y motivos clásicos se van adaptando al italiano:

* Lírica: junto a los imitadores de Petrarca, la poesía de Angelo Poliziano (1454- 1494) plasma un mundo pagano, idealizado y mitológico.También destaca la figura de Lorenzo de Médicis (1449-1492), notable poeta, además de gobernante de Florencia en su máximo momento de esplendor.
* Épica: se recupera la epopeya culta con Orlando enamorado de Matteo Boiardo (1441-1494) y Orlando furioso, de Ludovico Ariosto (1474-1533), donde la temática carolingia se recrea con enorme fantasía. Un tono más heroico y cristiano caracteriza la Jerusalén conquistada de Torquato Tasso (1544-95), centrada en la primera Cruzada.
* Novela: Iacopo Sannazzaro (1456-1530) inaugura con su Arcadia la novela pastoril, que, al fundir conflictos amorosos y ambiente bucólico, se convertirá en un subgénero de enorme éxito (ver t12).
* Prosa doctrinal: Nicolás Maquiavelo (1469-1527) escribe el primer tratado político moderno, El príncipe.

Otras literaturas renacentistas

El resto del continente no se mostró insensible a las novedades provenientes de Italia. Aunque ya en el siglo XV pueden apreciarse rasgos anticipatorios, sólo en el XVI cabe hablar de un Renacimiento europeo, especialmente brillante en los países románicos.

En Francia destacan tres grandes figuras:
* François Rabelais (1494-1553), médico y gran intelectual experto en griego, es el autor de Gargantúa y Pantagruel, novela cómica y miscelánea en la que, al hilo de las fabulosas andanzas de los dos gigantes protagonistas, se satiriza la sociedad de la época con desbordada creatividad lingüística y narrativa.
* Pierre de Ronsard (1524-1585), prolífico poeta de inspiración petrarquista, reflejó en sus Sonetos para Helena un amor tardío. Otros poetas destacados son Joachim du Bellay (1522-1560) y Theodore d’Aubigné (1552-1630), autor de Las trágicas, epopeya sobre la guerra religiosa.
* Michel de Montaigne (1533-1592) creó un nuevo género con sus Ensayos, reflexiones desde una óptica personal sobre todo tipo de temas.
* En Portugal también hallamos poetas petrarquistas, como Francisco Sá de Miranda (1481-1558) y, sobre todo, al mayor poeta portugués, Luis de Camoens (1524-1580), autor de Os Lusiadas, epopeya culta y patriótica de casi nueve mil versos sobre las expediciones de Vasco de Gama.
* El Renacimiento alemán se tiñe de tono religioso, pues el gran reformador Martin Lutero (1483-1546),muy poco humanista en realidad, crea el alemán literario y culto para poder difundir sus ideas.
* En Inglaterra, la poesía italianizante es introducida por Thomas Wyatt (1503-42) y H. Howard, conde de Surrey (1517-47), con quien se asentó el endecasílabo blanco (sin rima) tan típico en la poesía inglesa. Los poetas más destacados son Philiph Sidney (1554-1586) y Edmund Spenser (1552-1599). El influjo clásico alienta un cierto desarrollo del teatro que anticipa la gran eclosión de época isabelina.


El cortesano

El prototipo del perfecto hombre renacentista fue descrito por el italiano Baltasar de Castiglione en su obra El cortesano (1528). Siguiendo el afán de armonía de la época, debe ser tan experto en las armas como en las letras, saber conversar y tratar con sus semejantes, especialmente con las damas, y tañir algún instrumento musical.


El teatro renacentista
Aparte de un teatro culto y universitario, a imitación de Terencio (ver t48), lo más destacado del teatro renacentista italiano es la Comedia del arte, pequeñas piezas de amor e intriga protagonizadas por personajes fijos identificables con una máscara (Arlequín, Polichinela, Colombina). Fueron representadas en toda Europa por compañías ambulantes de actores, dando un gran impulso al desarrollo del teatro profano y profesional.


Humanistas europeosEl humanista de mayor influencia en su época (ver t9) fue el holandés Erasmo de Rotterdam (1466-1536), autor del Elogio de la locura (1509). Su amigo, el inglés Tomás Moro (1478-1535), decapitado por Enrique VII al negarse a aceptar su reforma eclesial, escribió la famosa Utopía (1516), descripción de una sociedad ideal. El español Juan Luis Vives (1493-1540) gozó también de gran prestigio.


El gran arte renacentista
Aun con su importancia, la literatura del Renacimiento palidece comparada con las bellas artes. Arquitectos como Alberti o Brunelleschi, escultores como Donatello, pintores como Boticelli o Rafael, y artistas completos como Leonardo da Vinci (pintor e ingeniero) o Miguel Ángel (pintor, escultor, arquitecto y hasta poeta) escribieron una de las páginas más brillantes de la historia del arte en los siglos XV y XVI.